Ofiuco
Licaón
Mercurio en Ofiuco - (Caída)
Era un rey de Arcadia e hijo del autóctono Pelasgo, al que sucedió. Su madre es una de las ninfas, ya sea la oceánide Melibea, o bien la oréade Cilenee incluso Deyanira, hija de otro Licaón.
Licaón era un rey culto y religioso, muy querido por su pueblo, al que ayudó a abandonar la vida salvaje que habían llevado hasta entonces. Fundó la ciudad de Licosura, una de las más antiguas de Grecia, y en ella erigió un altar a Zeus Liceo.
Venus en Ofiuco - (Exaltación)
Pero su apasionada religiosidad le llevó a realizar sacrificios humanos, lo que degeneró su posterior metamorfosis. Ovidio afirma que llegó al punto de sacrificar a todos los extranjeros que llegaban a su casa, violando así la sagrada ley de la bendita hospitalidad.
Marte en Ofiuco - (Exilio)
Habiéndose enterado de tal aberración, Zeus se hizo pasar por un peregrino y se hospedó en el palacio de Licaón. Esté se preparó para matar al peregrino, pero, alertado por algunas señales divinas, quiso asegurarse antes de que no era un dios, como afirmaban los temerosos súbditos. Para ello hizo cocinar la carne de una de sus víctimas o de un esclavo, y se lo sirvió a Zeus. Este montó en cólera y transformó a Licaón en lobo, e incendió después el palacio que había sido testigo de tanta crueldad.
Júpiter en Ofiuco - (Domicilio)
Licaón fue padre de muchos hijos (algunos autores afirman que llegaban a cincuenta), tenidos de distintas mujeres. Otros dicen que la esposa de Licaón era una de las ninfas epónimas, ora Cilene, ora Nonacris.
Saturno en Ofiuco - (Exaltación)
Los hijos de Licaón eran famosos por su insolencia y su impiedad, y sus crímenes llegaron a oídos de Zeus, que se disfrazó de viejo mendigo y acudió al palacio de los licaónidas para comprobar si los rumores eran ciertos. Los jóvenes príncipes tuvieron la osadía de asesinar a su propio hermano Níctimo y servir sus entrañas al huésped, mezcladas con las de animales.
Sol en Ofiuco - (Caída)
Zeus descubrió el engaño y enfurecido convirtió a todos en lobos, los fulminó con su rayo o tuvieron que exiliarse para siempre, según las versiones.
Luna en Ofiuco - (Exaltación)
Después devolvió la vida a Níctimo, que sucedió a su padre en el reino de Arcadia.
[Robert Graves. Los mitos griegos. Tomo 1 - Mito 133]